El cuento del leñador Hace muchos, muchos años, existía el oficio de leñador, eran personas rudas que se internaban en los bosques y cortaban leña que se usaba para calentar el hogar bien fuera en las chimeneas o en estufas en los días fríos de invierno y para hacer la comida en cocinas con hornos en los que se metía la leña y luego de que ardía se cocinaba con las brasas que quedaban. Los leñadores salían muy temprano con sus hachas y recogían leña de ramas secas o talaban árboles enfermos para hacerlos trozos que pudieran entrar en los fogones o guardarlos en lugares secos para almacenarlos. Esta historia va sobre uno de esos hombres que se ganaban la vida cortando leña en los bosques. El oficio de leñador era rudo y solitario, casi siempre estaban solos en el bosque, pasaban todo el día cortando y juntando leña que luego cargaban a los hombros o si tenían algún animal a lomos del borrico o mula si lo tenían. Nuestro leñador era pobre, muy pobre por lo que además de es