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Tío tigre y tío conejo

 

 


 

 

 

Fábulas de tío Tigre y tío Conejo


Una fábula es una historia protagoniza por lo general por un animal, que se enfrenta a situaciones de la vida cotidiana y que termina siempre con una enseñanza a la que le llaman moraleja.

Ha habido grandes fabulistas: Esopo, Samaniego, Iriarte, entre otros muchos, pero poco se conocen las fábulas de tío Tigre y tío Conejo, dos personajes del folclore hispanoamericano.

Concretamente del norte del continente sudamericano.

La costumbre de llamar tío o tía a alguien que no es un familiar es usada en muchos países de forma cariñosa con la gente de confianza, o con alguien que sin tener ningún tipo de parentesco se usa para familiarizarlo con nosotros.

Tío Tigre y tío Conejo son dos personajes recurrentes de las fábulas del norte de sudamerica, concretamente de Venezuela aunque hay gentes que también las sitúan en Colombia, tal vez por que en tiempos fueron parte de un mismo virreinato en la época en que formaban parte del imperio español.

Como las fábulas son cuentos cortos, de tío Tigre y tío Conejo vamos a conocer dos de ellas.

 


 

Tío Tigre y tío Conejo y la mata de mango 


Una mañana muy calurosa se encontraban tío Tigre y tío Conejo debajo de un árbol de mangos amparados bajo su sombra del tórrido sol.

Los mangos eran mas bien pequeños pero muy dulces y sabrosos.

Llegado el mediodía les entró hambre y ambos se saciaron con los deliciosos mangos.

Después de echarse una buena siesta tras la comilona, tío Tigre dándoselas de listo le comentó a tío Conejo.

La verdad tío Conejo que el mundo está muy mal hecho.

Ud cree tío Tigre? por qué dice semajante cosa?

Pues fijese tío Conejo, éste árbol tan grande tiene unos frutos tan pequeños y sin embargo la sandía que es un fruto tan grande nace de una mata que se arrastra por el suelo, no le parece injusto eso? otra cosa además, fijese siendo Ud. tan pequeño tiene unas orejas enormes y yo siendo tan grande tengo unas orejas pequeñas, no me va a decir que no es ver las cosas al revés, como le digo un mundo mal hecho.

En eso un mango maduro se cayó de la rama y le dio a tío Tigre en toda la cabezota.

Ay, chilló tío Tigre.

Si eso le ha hecho daño - le dijo tío Conejo - imagísene si le hubiera caído desde la altura de la rama una sandía en toda la cocorota.

Tío Tigre se quedó pensando.

Hum, ciertamente, no, no está tan mal hecho el mundo como yo pensaba, cada cosa tiene su porque.






Tío Tigre y tío Conejo y las piedras


Tío Tigre y tío Conejo siempre tuvieron problemas pues tío Tigre estaba empeñado en zamparse a tío Conejo ya que la carne de conejo es sabrosa y siendo el tigre mucho mas grande que el conejo pensaba tío Tigre que atrapar a tío Conejo le resultaría fácil, pero tío Conejo muy astutamente se le escapaba cada vez que lo tenía acorralado.

Esa mañana tío Tigre observaba el panorama y descubrió a tío Conejo despistado.

Sigilosamente se le acercó con esos pasos que dan los tigres agazapándose entre la hierba y poco a poco se fue acercándo a tío Conejo sin que se diera cuenta.

Cuando lo tuvo a un paso saltó de entre la hierba y acorraló a tío Conejo.

Ahora sí tío Conejo - le dijo - de ésta no te escapas -

Vaya, - le contestó tío Conejo - ahora si que me ha atrapado, estaba tan pendiente de las vacas que no le he visto llegar.

Vacas? tiene Ud vacas tío Conejo? - le preguntó tío Tigre.

Claro no las ve allá arriba en la colina? - le contestó tío Conejo.

El sol le daba de lleno a tío Tigre en la cara y no distinguía bien las cosas, pues lo que había arriba de la colina eran unas enormes piedras y no vacas.

Hum - contestó tío Tigre - si, si que las veo.

Entonces - dijo tío Conejo - dígame Ud tío Tigre, qué prefiere comerme a mi que soy pequeño y tengo poca carne o mejor comerse a una de esas gordas vacas que están allá arriba, déjeme que valla y le traiga una de esas buenas vacas que seguro le llenarán mucho mejor que yo.

Tío Tigre pensó que tío Conejo tenía razón, tío Conejo era escuálido y con pocas carnes  no le serviría ni para llenar el hueco de una muela, una vaca era otra cosa, las vacas tienen abundantes carnes y con una que se comiera estaría por lo menos una semana entera saciado.

Vaya, vaya Ud tío Conejo y tráigame una de esas vacas, por hoy le perdono la vida.

Tío Conejo subió a la colina y tomando la piedra mas grande de todas la empujó para que rodara colina abajo hacia donde estaba tío Tigre.

Tío Tigre - le gritó - abra la boca rápido que la vaca se ha resbalado y baja rodando.

Tío Tigre abrió las fauces de par en par y cuando llegó la roca le dio un gran golpe que lo dejó medio turulato.

Tío Conejo aprovechó esta buena ocasión para escapar de tío Tigre.

 

 

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