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Cristóbal Colón

 
 
 
 
 
 
 

Desde que el mundo es mundo, la humanidad se ha preguntado el por qué de las cosas.

Por qué hay días y noches? por qué llueve? qué son los truenos? ....

Al principio y por falta de conocimientos se daban explicaciones sobrenaturales a esos fenómenos.

Las tormentas, los volcanes, terremotos y demás, eran actos de los dioses, la gente antigua pensaba que al ocurrir esas cosas los dioses les decían si estaban enfadados o contentos.

Tras el estudio y análisis por parte de algunos intrépidos se lograron entender los fenómenos de la naturaleza y su origen.

Esos hombres y mujeres que investigaban las cosas se enfrentaban al rechazo por parte de la sociedad en que vivían.

A veces eran perseguidos, otras inconprendidos, otras eran la mofa de los incrédulos, pero lo dicho, gracias a su tesón lograron abrir la mente de sus cohetáneos.

Si tuvieramos la forma de ver el mundo de la gente primitiva y vieramos salir el sol por un lado y ocultarse por el otro, y careciendo de todo tipo de conocimientos sobre por qué ocurren las cosas, pensariamos que mientras nosotros estamos quietos, el sol, la luna y las estrellas venían a visitarnos día tras día.

Pensar que la tierra era plana, o suponer que era el centro del universo fue una forma de creencia en el mundo durante mucho tiempo.

Ya hubo en la época de los griegos gentes que comenzaron con ciertos estudios a plantearse que en verdad la tierra ni era plana ni era el centro del universo.
 
 


Pero claro una cosa es plantearse algo y otra muy distinta es demostrarlo.

Un gran problema que tenían quienes querían probar sus teorías era la escasez de información que había por aquellas épocas.

Uno de esos problemas era la práctica imposibilidad de desplazamiento, los medios de movilidad que poseían eran a pie, a lomos de algún animal o en barco que quizás fuera el medio de locomoción mas rápido que existía.

La mayoría de viajes se hacían a pie, atravesando bosques, montañas, páramos... y eran viajes muy arriesgados, pues se podían encontrar con asaltantes, animales salvajes o días y días sin encontrar a un solo ser humano.

Para mayor protección se hacían caravanas en las que viajaban varias personas juntas.

Los barcos eran para las rutas marítimas y llevaban de una región a otra.

Los barcos que había servían para hacer rutas cortas, dependían del viento para desplazarse o bien con remos que eran manejados por multitud de hombres.

El mar recordemos ocupa 3 cuartas partes del mundo aunque en esas fechas no se conocía mas que muy poco mundo y mucho menos mar, navegar ese mar conocido era muy difícil, complicado y arriesgado.

Casi ningún pueblo se atrevía a adentrarse en los mares, se navegaba sin perder de vista las costas, el mar era peligroso, y las embarcaciones de que se disponía eran muy endebles para enfrentarlo.
 
 
 

 

Hubo como no! gente aguerrida, echada pa lante que se internaban por los mares y quienes volvían traían consigo cuentos, mitos, leyendas de haber visto monstruos, haber vivido aventuras, contaban historias y fantasías de pueblos ricos y grandes inventos.

Por lo general esa gente que regresaba de viajes fantásticos habían sido arrastrados por las corrientes marinas y llevados a mundos desconocidos en los que se hablaban lenguas extrañas y con costumbres rarísimas, pero ninguno sabía como regresar a esos lugares, así como habían llegado fortuitamente el regreso también había sido fortuito.

Lo normal es que fueran tomados por embusteros, cuentistas y charlatanes de poca monta con una gran imaginación, hablaban de animales fabulosos, imperios riquísimos y cantidad de anécdotas que daban poca credibilidad a sus relatos.

Todo lo que narraban quedaba en la memoria de quienes lo habían oído, se convertían en historias de taberna que se relataban con frecuencia y que hacían rebobinar la mente de quienes vivían esas aventuras o decían haberlas vivido y de aquellos que tras escucharlas dejaban viajar su mente a mundos desconocidos que siempre resultaban mejores que el lugar en el que se encontraban.

Con los humanos siempre resulta que lo bueno, bonito y maravilloso está en otro lugar, en este no, en otro sítio, la gente, en esos parajes vive de maravilla, todos son felices, todos viven sin preocupaciones, hay abundancia, riqueza por los suelos y el sol brilla mas que en este lugar al que misteriosamente siempre se regresa.

Por aquel tiempo cada pueblo vivía en su territorio y se conocía poco o muy poco del resto de pueblos que habitaban el mundo, es decir había poco contacto entre unas culturas y otras.

Europa se limitaba casi casi al mar mediterraneo y no a todo, había un lugar, Ibéria del que se hablaban maravillas pero quedaba en el confín del mundo

Africa era desconocida casi en su  totalidad, y oriente sonaba a pueblos remotísimos de los que practicamente se sabía nada o casi nada.

Lo mismo le sucedía a los pueblos de oriente con respecto a occidente.

El mundo en esos tiempos terminaba en las columnas de Hercules y Finisterra, mas allá de esos puntos había mar y mas mar, solamente agua por todas partes, quienes se atrevían a cruzar esos límites eran verdaderos aventureros que corrían el riesgo de no regresar nunca.
 
 

 

Con el transcruso de los siglos y ya con barcos de mas embergadura las rutas marinas se fueron expandiendo, los conocimientos sobre vientos propicios y corrientes marinas favorables se fueron transmitiendo de unos a otros y los mares fueron surcados por diferentes navegantes que ampliaban el comercio entre los pueblos, aunque se seguía navegando por las costas, nadie se atrevía a salir mas allá  de las rutas establecidas pues quien se arriesgaba a hacerlo literalmente no regresaba.

Para esos tiempos ya se conocían rutas de navegación marina bordeando las costas de Africa, llegando los barcos hasta China, Japón, India y traían de esos lugares remotos, frutas, especias, telas nunca vistas en occidente y por supuesto llevaban de occidente a esos pueblos productos de estas tierras.

Los barcos tardaban meses en hacer semejante recorrido, dependían de los vientos y de las corrientes marinas para ir de un lugar a otro, esta era otra razón mas de ir navegando las costas pues tenían que aprovisionarse de agua y comida cada cierto tiempo.

Ya por esas fechas había piratas que surcaban los mares asaltando barcos llenos de mercancías, lo cual volvía aun mas peligroso el oficio de marinero.

El negocio sin embargo de importar y exportar mercancías con los países de oriente era muy rentable.

Sucedió que surgió un pueblo que bloqueó e hizo casi imposible el comercio entre occidente y oriente.

El pueblo Otomano.

Grandes guerreros que conquistaron buena parte de lo que hoy llamamos oriente medio, las costas del norte de Africa y grandes territorios de Europa y parte de Asia.

Los otomanos comprendieron que una buena manera de hacer mella en sus enemigos era cortarles las rutas de navegación y comercio con los pueblos de oriente.

Eran tiempos difíciles y arriesgados para embarcarse.

Los portugueses fueron grandes navegantes y abrieron una ruta maritima bordeando las costas de África hasta llegar a oriente. Conocían los vientos apropiados, y tenían contactos con pueblos que les suministraban provisiones y agua en ese largo recorrido.

Otra forma de traer esas mercancías era por tierra, pero tanto por tierra como por mar los viajes duraban meses y estaban llenos de peligros.

Desde los griegos que ya comenzaron a comprender la redondez de la tierra hasta esas fechas se fueron planteando muchas teorías sobre ese tema, había cálculos sobre el tamaño del planeta y mapas bastante desdibujados mostrando supuestas islas que algunos navegantes habían conocido, tal vez fueran mapas de aquellos que habían vuelto de esos viajes que se contaban en los tugurios de los puertos y que algún cartògrafo los había documentado.
 
Se planteaban en esos mapas nuevas rutas para ir a oriente en vez de bajar hasta la punta de África y volver a subir hacia el norte existía la teoría de adentrarse en el oceano atlántico y realmente muy próximas estarían las tierras de oriente.

Ya había naves lo suficientemente robustas como para realizar ese viaje, mas alla de las torres de Hercules (el estrecho de Gibraltar) y Finisterra (Galicia) adentrándose en las peligrosas aguas del mar se llegaría en pocas semanas al mundo de las especias.

Se abriría entonces una nueva ruta mucho mas corta y sin tanto peligro.
 
 

 

Pero como dice el refrán quién le pone el cascabel al gato?

Tenía que ser alguien que, supiera navegar, tuviera conocimientos sobre la posibilidad de llegar a oriente por occidente, es decir conociera esas teorías y mapas que especificaban mas o menos como hacer el trayecto que nunca se había hecho, o sea ir a la aventura, tuviera las naves apropiadas, el dinero necesario para construir esas naves y aprovisionarse de agua y alimentos para el viaje y además de todo eso, el arrojo y la intrepidez de adentrarse en aguas totalmente desconocidas de las que se ignoraba el tamaño real de ese mar, las corrientes marinas que pudieran existir y comprenderlas para que te llevaran a donde querías ir, reclutar a la tropa que acompañara semejante aventura, no servía cualquier marinero o persona con ganas de viaje.... en fin, la verdadera pregunta era realmente existía semejante personaje?

Y resultó que sí, ese personaje existía, se llamaba Cristóbal Colón.

Este señor tenía todo lo necesario para emprender la tarea de abrir nuevas rutas de navegación hacia el oriente.

Era marino de mucha experiencia con lo que comprendía los vientos y corrientes a la perfección, tenía conocimientos sobre las teorías que había sobre islas, trayectos y distancias desde Europa hasta Japón, China o la India yendo de este a oeste por el lado contrario al conocido, tenía la disposición, fortaleza y caracter para realizar la tarea, pero, le faltaba el dinero para llevar a cabo el proyecto, el dinero y la pasión para convencer a alguien de arriesgar su fortuna en una aventura que podía resultar bien o mal, recordemos que nadie se había aventurado a semejante ruta y no se sabía si podría resultar.

Es decir quien pusiera a su disposición los medios necesarios para ese proyecto tenía que ser o tan arriesgado como lo era Colón  o bien que el propio marino le diera tal certeza de que era posible la ruta que le planteaba que realmente considerara que los fondos que destinara a la idea le serían retornados y además tendría beneficios con ello.

Estamos hablando de una época muy turbulenta.

Los otomanos por un lado guerreaban con buena parte de países para conquistar mas territorio y para defender el ya conseguido, los europeos luchaban por evitar que los otomanos siguieran conquistando pueblos y querían evitar que se siguieran expandiendo, los otomanos a su vez habían cerrado el paso a navegar por el mediterráno cerrando por ese mar el paso de mercancías entre pueblos, los piratas surcaban los mares  de la ruta portuguesa a sus anchas y los caminos terrestres se veían asediados por malhechores, asaltantes, y tropas de uno y otro bando que se aprovisionaban muchas veces de las caravanas que encontraban en su camino.

Colón tenía muy complicado para convencer a alguien de que apoyara su empresa, la cual obviamente vendía como la solución a todos esos conflictos que había en el mundo.

Con su idea de llegar a oriente surcando el atlántico en sentido contrario se llegaría al mundo de la seda y las especias e inventos de aquellos países mucho más rapido y con mucha mas seguridad que bordeando las costas de Africa.

Su proyecto sería altamente rentable para quien lo financiara pues sería el amo de la nueva ruta y si se mantenía en secreto nadie salvo Colón tendría los conocimientos necesarios para realizar el mismo viaje sin perderse en la mar irremediablemente.
 

 

Como ya se dijo los portugueses eran expertos navegantes y abrían rutas de navegación y poseían conocimientos que se mantenían en auténtico secreto de vientos propicios, corrientes marinas y sitios de aprovisionamiento seguros.

El primero en ser visitado por Colón fue por supuesto el rey Juan de Portugal al que le mostró sus cartas de navegación y su idea muy bien documentada y explicada de la ruta marina que deseaba abrir.

El rey portugues suministró dicha información a gentes entendidas en el asunto y estos haciendo cálculos llegaron a la conclusión de que lo ofrecido por el marino Colón era incorrecto, los informes estaban incompletos y sus distancias entre las tierras portuguesas y las islas que decía él había tras varios días de navegación no eran para nada creíbles.

El proyecto fue rechazado y Colón vio su plan por los suelos.

Se desplazó entonces a Castilla para probar suerte con los monarcas Isabel y Fernando que se encontraban sumergidos en unas batallas contra Abderramán, rey de Granada.

Los musulmanes habían invadido la península ibérica 800 años atrás y desde entonces los pueblos cristianos mantenían contínuas luchas con los musulmanes.

Tras 800 años de luchas el único reino musulman que quedaba era el de Granada, y los reyes Isabel y Fernando lo asediaban para terminar con el dominio musulman en la península.

Abderramán al igual que los otomanos eran pueblos de religión islámica y tanto Isabel como Fernando temían que Granada pidiera ayuda a los otomanos para luchar, por ello tenían gran empeño en derrotar a Abderramán y así evitar que los otomanos que ya dominaban buena parte del mundo se establecieran en el sur de la península, pues como se dijo eran fantásticos guerreros y estaban muy bien apertrechados.

Esto consumía mucho dinero de los fondos de los reyes, sin embargo Colón tuvo el aplomo necesario para plantearles a los monarcas su idea.

Fue recibido tras mucha laboriosidad por la reina Isabel que al igual que el rey portugues mandó a sus navegantes y sabios estudiar el proyecto presentado y al igual que en Portugal Colón vio un rechazo a su idea pues los castellanos también consideraron inexactos los cálculos del sr Colón.

Pero por algún motivo la reina le dio esperanzas a Colón, quizás porque el marino logró convencerla de alguna manera, tal vez porque ella tuviera una intuición y creyera en esa posibilidad remota que el navegante planteaba.

El caso es que le pidió paciencia pues ahora mismo se encontraban ella y su esposo el rey Fernando sumergidos en una guerra y asedio a la ciudad de Granada y ese asunto consumía muchos recursos de la corte.

La espera por supuesto duró años, aunque de cuando en cuando Colón visitaba a la reina Isabel para recordarle su idea y mantener vivo el deseo en la corte.

La insistencia dio sus frutos, y la reina volvió a presentar el proyecto del sr Colón a unos estudiosos y cartógrafos y nuevamente fue rechazado pero esta vez no por considerarlo imposible en los cálculos sino por las cuántias del viaje y las pretensiones del marino de obtener buenos réditos de un viaje tan arriesgado.





Recordemos que la corte estaba en guerra y carecía de fondos, pero entonces surgió un hombre llamado Luis de Santangel que proporcionaría los dineros necesarios para la construcción de las naves, aprovisionarlas de hombres, y comida y bebida suficientes para el viaje planteado.

Una vez hecho esto quedaba reconocer al marino si lograba su proposito todo lo que exigía en pago a sus servicios.

Se puede entender que el marino Cristóbal se arriesgaba a no recibir nada si su proyecto no resultaba, pero si era verdad su teoría recibiría el diez por ciento de todo lo que se comerciara en su ruta de navegación y otros muchos privilegios.

Con la firma de la reina para que el proyecto se realizara, el dinero suficiente por parte del sr Santangel para la construcción de las naves y firmados los acuerdos para el pago de Colón se trasladó este último al puerto de Palos de la Frontera donde conoció a los Hnos Pinzón  que eran extraordinarios navegantes y estos fueron los que reclutaron a marinos de gran conocimiento para el proyecto planteado.

Salieron por fin tres naves desde Palos, la Pinta, La Niña y la Santa María, rumbo a descubrir la nueva ruta de navegación para llegar a las indias.

Hicieron escala en las Islas Canarias, en la Gomera donde fueron recibidos por la Gobernadora de la isla Beatriz de Bobadilla y en Gran Canaria para arreglar un desperfecto, de allí aprovisionados con agua y alimentos renovados partieron a surcar el oceano atlántico.

Recordemos que esto fue a primeros días del mes de agosto, y que las rutas por esa época se hacían bordeando las costas, sin embargo Colón y sus marinos se adentraron en el mar sin ver tierra por ningún lado durante semanas.

La tripulación se inquietó en varias ocasiones, incluso hubo intentos de motín, se rebelaban contra una idea que poco a poco los estaba invadiendo no había tierra por estos lados del mar, solo agua y mas agua, las provisiones se acabarían y no podrían regresar con vida si seguían navegando hacia el oeste.

Por fin el 12 de octubre  Rodrigo de Triana gritó "tierra a la vista".

Hay que imaginarse la emoción de semejantes palabras para todos los navegantes en esos momentos.

La pregunta era, a dónde habían llegado? a India? a China? a alguna isla desconocida por todos? 

Colón consultaba sus mapas y calculaba y recalculaba para saber a dónde mas o menos habrían podido llegar, la isla aparecida ante sus ojos no figuraba en sus mapas, los cálculos que poseía no estaban  bien, sin embargo según los datos que poseía pensaba que estarían en la desembocadura del río Ganges en la India y seguro que esta sería una isla desconocida.

A la primera isla donde posaron sus pies le pusieron por nombre San Salvador, en lo que hoy son las Bahamas.

Creyó como es lógico pensar Colón haber llegado a Oriente, concretamente a la India y al bajar a tierra él y su gente fueron recibidos por unos hombres y mujeres a las que los navegantes castellanos denominaron indios, pensando que efectivamente habían encontrado su ruta hacia Oriente y habían llegado a la India.




Los habitantes de esa isla Guanahaní eran taínos una raza que habitaba  varias islas de lo que hoy conocemos como mar Caribe y al ver a esos hombres bajar de unas naves tan enormes, con ropajes tan extraños y piel blanca y largas barbas los tomaron por seres venidos del cielo.

Les ofrecieron comida y aves de coloridos plumajes y los navegantes les ofrecieron objetos que para los taínos resultaban extranísimos, espejos, collares de vidrio, cascabeles ...

La relación entre ambos resultó buena, pues eran estos indigenas gentes abiertas y nobles, les hicieron ver que las heridas que mostraban sus cuerpos eran producidas por otras tribus que de cuando en cuando venían a Guanahaní y ellos se defendían.

Colón decidió embarcarse con algunos de estos taínos para que les mostraran esas otras islas y el conocimiento del mar que poseían los sorpendieron mucho a todos pues llegaron facilmente a lo que hoy es Cuba y la República Dominicana.

Conocieron los marinos en estas islas a otras culturas aunque todas mas o menos de igual desarrollo que la de los taínos pero todas ellas hablaban de unos hombres rudos, guerreros y asesinos de los que decían comían carne humana, los llamaban Caribes.

Después de estos acontecimientos y creyendo que efectivamente aunque todavía no había llegado a India sino a islas desconocidas pero próximas a las tierras de oriente, Colón regresó a Europa para informar de su hallazgo.

Tras muchas circunstancias llegó a Barcelona donde fue recibido por los reyes que ya habían conquistado Granada y expulsado a Abderramán de suelo peninsular.

Trajo consigo Colón a varios taínos, algunas plantas desconocidas en esta parte del mundo, aves de hermosos plumajes, y algunas perlas.

Narró con mucha profusión la aventura ocurrida y por el momento todos quedaron convencidos de que efectivamente aunque no se había llegado a China o India se había abierto una nueva ruta que habría que seguir investigando para saber lo que faltaba para llegar a Oriente.

Tardaron años en comprender que realmente no había ruta hacia el mundo de las especias de oriente sino que lo que habían encontrado era un Nuevo Mundo, desconocido por todos, lleno de alimentos extraños, plantas desconocidas, animales diferentes y seres humanos con grandes culturas.
 
Hizo el sr. Colón aparte de su primer viaje, tres mas en los que fue recorriendo islas y encontrando diferentes hombres y culturas y de todos ellos llevó informes precisos a la reina Isabel, pero en ninguno de esos viajes llegó a tierras de oriente. 




Colón murió creyendo que si se seguía navegando se encontraría el paso hacia China, pero ahora sabemos que lo que encontró y dio a conocer al resto del mundo fue una nuevo continente, enorme, con grandes desiertos, apabullantes selvas, rios descomunales y grandísimas riquezas.

Fue Cristobal Colón uno de esos intrépidos que con su afán, empeño y tesón abrió los ojos de sus contemporáneos.

Como no podía ser de otra manera hay quien lo critica, o se mofa o desmiente su proeza, pero no le sucedió a todos los intrépidos?

Hay un cuento muy curioso sobre Colón y el desparpajo con que se quiere desprestigiar su gran hazaña.

Se dice que algunos resabios ridiculizaban el viaje del sr. Colón pues si no fuera Colón cualquier otro lo habría hecho.

Efectivamente les contestó el sr. Cristóbal.

Les reto a ver quien de Uds logra sostener un huevo en su frente.

Mandaron traer huevos y uno tras otro cada uno de los charlatanes vio su huevo estrellarse en el suelo, ninguno fue capaz de sostenerlo en la frente.

Llegado el turno de Colón tomando el huevo se lo aplastó en la frente.

Cuando lo hizo todo se rieron  y le dijeron ya así cualquiera.

Muy bien, pero he sido el primero en lograrlo, respondió sabiamente Colón.

En conclusión, criticar y dárselas de sabihondo es muy fácil, lo dificil realmente es hacer las cosas, tened esto siempre presente.





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